Tenía la edad en que la certeza caduca pues yo desde mis escombros supe sin entender de tu viaje anticipado algún día entenderás que habla de ti esta narrativa encandilada, esperando que el tiempo pase rápidamente, tratando de estar ocupada platicando con todos y con nadie. Mientras escucho a Jorge Drexler cada una de sus palabras aumentan mis latidos solo quiero ir y venir para calmar un poco la ansiedad. Claro que lo se lo tengo más que claro los días raros son muchos y los días buenos raros, duro lo que duran los suspiros y aunque no haya una razón y claro que también la melancolía mata con su pluma minuciosa dejo que esa nostalgia me bese la cara seca.
Entro al cuarto, lo cruzo en diagonal con lágrimas hechas de gota de seda haciendo que pese la bruma en la bruma, me encuentro en la soledad del toque de queda se abre la herida y la noche cae por su propio peso. Llena de nostalgia un paso en falso me llevaría a un remolino donde cualquier contra sentido toma sentido y se vuelve dilema para este corazón que hoy solo piensa en la mitad faltante. Antes en aquel otro mundo lejos con la mirada en otros espejos sin darme cuenta un día eche a andar con un entusiasmo infantil, que dura hasta hoy, fui dejando versos detrás renglón a renglón.
Entro al cuarto, lo cruzo en diagonal con lágrimas hechas de gota de seda haciendo que pese la bruma en la bruma, me encuentro en la soledad del toque de queda se abre la herida y la noche cae por su propio peso. Llena de nostalgia un paso en falso me llevaría a un remolino donde cualquier contra sentido toma sentido y se vuelve dilema para este corazón que hoy solo piensa en la mitad faltante. Antes en aquel otro mundo lejos con la mirada en otros espejos sin darme cuenta un día eche a andar con un entusiasmo infantil, que dura hasta hoy, fui dejando versos detrás renglón a renglón.
He conseguido que el reloj de arena de la pena pare que se despedace y así seguir el rumbo que el tiempo trace hasta tu regreso.